La desescolarización de niños menores de 6 años cuando se recibe a un recién nacido

La desescolarización de niños menores de 6 años cuando se recibe a un recién nacido puede ser una medida protectora crucial en los primeros meses de vida del bebé. Durante las primeras semanas, los bebés tienen un sistema inmunológico inmaduro y son altamente vulnerables a enfermedades respiratorias y gastrointestinales, las cuales pueden ser transmitidas por hermanos que asisten a la escuela.

Según la pediatra Dr. Lisa Conti, es importante minimizar el contacto con posibles fuentes de infección durante los primeros meses, ya que el riesgo de hospitalización por infecciones respiratorias como el RSV (virus respiratorio sincitial) es elevado en bebés menores de dos meses. Otros especialistas también sugieren que, en familias con bebés, «la decisión de mantener a los hermanos mayores en casa puede disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades contagiosas» (Dr. Steven Abrams, pediatra de Texas Children’s Hospital).

El Dr. William Schaffner, experto en enfermedades infecciosas, resalta que los niños en edad escolar están expuestos a patógenos que pueden no afectarlos gravemente pero sí a sus hermanos pequeños. Por lo tanto, desescolarizar temporalmente o cambiar a una modalidad educativa a distancia durante los primeros meses del bebé puede ser una opción prudente para proteger al recién nacido. 


Cómo Tratar una Gripe en un Bebé de Menos de 2 Meses

La gripe en los primeros meses de vida de un bebé puede ser preocupante debido a su sistema inmunológico inmaduro. A continuación, te ofrecemos algunas pautas para tratar la gripe en un bebé menor de dos meses de manera segura y efectiva.

1. Reconocer los síntomas

Los síntomas de la gripe en un bebé pequeño pueden incluir:

  • Fiebre
  • Congestión nasal
  • Tos
  • Irritabilidad
  • Pérdida de apetito

Es importante estar alerta a estos síntomas y consultar al médico rápidamente, ya que las infecciones respiratorias en bebés pequeños pueden agravarse.

2. Mantener una buena hidratación

Es crucial que el bebé siga alimentándose bien. Los bebés pequeños pueden perder el apetito durante una gripe, pero es importante mantenerlos hidratados, ya sea a través de la lactancia materna o fórmula. La leche materna contiene anticuerpos que ayudan a combatir las infecciones, por lo que es especialmente beneficiosa.

3. Uso de suero fisiológico y aspiradores nasales

Para ayudar al bebé a respirar mejor, puedes aplicar suero fisiológico en las fosas nasales y utilizar un aspirador nasal suave para eliminar el exceso de mucosidad. Esto puede aliviar la congestión nasal y mejorar el bienestar del bebé.

4. Control de la fiebre

Si el bebé tiene fiebre, es fundamental consultar al pediatra antes de administrar cualquier medicamento. Nunca se debe dar medicamentos sin receta médica a un bebé de esta edad, especialmente aquellos que contienen aspirina o derivados, ya que pueden ser peligrosos.

5. Humidificar el ambiente

El uso de un humidificador en la habitación del bebé puede ser útil para aliviar la congestión. El aire húmedo ayuda a mantener las vías respiratorias del bebé húmedas, facilitando la respiración.

6. Vigilar los signos de alerta

Si notas alguno de los siguientes signos, debes acudir al médico de inmediato:

  • Dificultad para respirar
  • Fiebre alta o persistente
  • Falta de respuesta o somnolencia excesiva
  • Pérdida de apetito severa
  • Respiración rápida o hundimiento de las costillas al respirar

7. Evitar el contagio

Dado que los bebés pequeños son muy vulnerables, es importante reducir el riesgo de exposición al virus de la gripe. Limita el contacto con personas que tengan síntomas de resfriado o gripe, y asegúrate de que quienes estén en contacto con el bebé se laven bien las manos.


El Poder del Contacto: Cómo Tocar y Acariciar a tu Bebé para Estimular su Crecimiento y Salud


El contacto físico es una herramienta fundamental en el desarrollo de los bebés. Desde el nacimiento, las caricias y el contacto cercano no solo crean un vínculo afectivo fuerte entre padres e hijos, sino que también promueven el crecimiento físico, emocional y cognitivo del bebé. Varios estudios y pediatras coinciden en que el contacto piel con piel, masajes suaves y caricias son esenciales para estimular un desarrollo saludable.

  1. El contacto piel con piel
    El contacto piel con piel, también conocido como método canguro, tiene numerosos beneficios. El Dr. Nils Bergman, pediatra y defensor del método canguro, explica que el contacto piel con piel regula la temperatura del bebé, mejora la frecuencia cardíaca y estabiliza la respiración promueve la liberación de oxitocina, la hormona del amor, tanto en los padres como en el bebé, lo que refuerza el vínculo emocional y reduce los niveles de estrés.
  2. Beneficios del masaje infantil
    Los masajes infantiles son otra forma de acariciar a tu bebé que tiene un impacto positivo en su crecimiento y bienestar. Según la pediatra Dra. Tiffany Field, directora del Instituto de Investigación del Tacto de la Universidad de Miami, los masajes regulares en los bebés pueden mejorar su desarrollo motor y sensorial, ayudarlos a dormir mejor y aumentar el aumento de peso, especialmente en bebés prematuros . Los maién ayudan a aliviar cólicos y tensiones, proporcionando calma y bienestar.
  3. Estimulación del desarrollo cerebral
    Las caricias suaves en la piel del bebé estimulan la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están involucrados en el desarrollo cerebral. El pediatra Dr. Harvey Karp, autor de The Happiest Baby on the Block, destaca que tocar y sostener al bebé fomenta la seguridad y confianza, lo cual es vital para su desarrollo emocional. Estas caricias también fomentan el aprendizaje temprano, ya que estimulan las conexiones neuronales en el cerebro .
  4. Técntocar y acariciar al bebé
    Caricias suaves en la espalda y el pecho: Estas áreas son especialmente sensibles en los bebés y las caricias suaves aquí pueden calmar y relajar al bebé.
    Sujeción firme pero delicada: Mientras sostienes al bebé, asegúrate de que se sienta seguro y contenido, especialmente en momentos como la lactancia o el sueño.
    Masajes en las extremidades: Movimientos suaves y circulares en los brazos y piernas pueden mejorar la circulación sanguínea y fomentar el desarrollo muscular.
  5. Contacto y el desarrollo inmunológico
    Además de los beneficios emocionales y neurológicos, las caricias y el contacto físico también pueden fortalecer el sistema inmunológico del bebé. La Dra. Pamela High, pediatra en el Hospital de Niños de Providence, señala que el contacto cercano con los padres ayuda a reducir los niveles de cortisol (la hormona del estrés), lo que contribuye a un sistema inmunológico más fuerte .